Desmitificando los principales mitos del rasurado

Si las viejas esposas se reunieran alguna vez para contarse historias acerca de la afeitada, esta sería la número uno. El crecimiento del pelo, su grueso y color está controlado por los genes, no por la frecuencia con que te afeitas.

Piensa lo contrario: es más probable que una afeitadora más vieja o una con las hojas dañadas ocasione cortes. Mientras menos afilada esté la hoja, más presión necesitarás aplicar para afeitarte, razón por la que se producen los cortes. Si se siente como que la hoja da jalones en tu piel o la afeitada no es tan al ras como siempre, eso es una señal de que es hora de cambiar las hojas.

La rapidez con la que los cartuchos para afeitadoras pierden el filo depende de varias cosas: la calidad de la hoja, la forma en que se fabrica, la frecuencia con que te afeitas, si te preparas primero con gel para afeitar y del cuidado que recibe la hoja después de cada afeitada. Después de años de observar a miles de hombres afeitarse, sabemos que cada persona es un poco diferente y que las personas deben, en última instancia, confiar en sus propias sensaciones para determinar el momento en que debe cambiarse la hoja. Si utilizas hojas de alta calidad, cambiarlas una vez a la semana probablemente sea demasiado. Por ejemplo, una de las mejores hojas de Gillette puede ofrecer hasta un mes de afeitadas.*

Ya sea que lo llames “depilación masculina” o “afeitado corporal”, el afeitarse debajo del cuello cuenta con muchos seguidores. Una encuesta de Gillette muestra que casi 4 de cada 10 hombres mantienen la zona baja recortada o eliminada. Cerca de siete por ciento dijo que han realizado su depilación masculina con la afeitadora que utiliza su compañero de cuarto para afeitarse la cara... Vamos, señores.

Así que ya lo saben. Al igual que los mitos de las 40 horas de trabajo a la semana y del ejercicio de abdominales marcados de forma instantánea, estos mitos populares acerca del afeitado no han desaparecido para siempre.